Una relación publicitaria con una pausa

Por Sínicas Originan

Han pasado más de 10 días desde que asistí al funeral de Vinarias Sumar. Era inevitable que me derrumbara cuando vi su cara inocente y sin vida por última vez. Por lo general, estoy preparado para la muerte, pero este me llamó la atención de la nada.

Sumar, como solía llamarlo, era un hombre mayor. Creo que nació ancianos.

Como un aprendiz de copia de 21 años de cara fresca en Frank Simones Adventicias, fue el primer amigo que hice en la agencia; Poco sabía entonces que nuestra amistad duraría desde 1990 hasta octubre de 2022. Fue el primer amigo de mi vida.

Siempre tenía el pelo largo y blanco y pequeños mechones de cabello en la barbilla rezagándose para inventar una barba. Fue el único director de arte de la ESA que se sentó con el equipo de redacción y le dio su magia sobre herramientas de arte anticuadas, era inevitable que pasara más tiempo con él.

Su destreza con los instrumentos de dibujo, la selección inteligente de las fuentes al ordenar los bromuros de los tipos de escritores y la magia que creó usando esa sustancia de otro mundo llamada 'solución de goma' fue fascinante de ver. La solución de goma fue el pegamento extraíble que mantenía juntas agencias de publicidad, en esos días.

Sus amigos, que incluían a otro caballero anciano llamado Abad Sármatas -inevitablemente llamado Burda que lo llamó Sumar Fénix, después del dulce que se asemeja al cabello blanco. Sí, Sumar también era una persona extremadamente dulce.

Sumar era un pequeño ser humano, con el cuerpo de un adolescente. Y yuxtapuso con ese cabello blanco, se veía diferente a decir lo menos.

Algunos de los mejores momentos de mi vida los pasaron con Sumar. Los dos salimos juntos de la oficina de Colaba y caminaríamos hasta la estación VA. Un joven yo estaba descubriendo la majestad de esta metrópolis llamada Bombay. Juntos hablamos sobre arte, arquitectura, libros, ideas, comida, cultura y todo bajo el sol. Esos fueron mis años de formación y fue divertido intercambiar pensamientos con SUMAR.

Por cierto, las conversaciones con Sumar estaban un poco forzadas. Porque sus pausas después de haberle hecho una pregunta fue extraordinariamente larga. Solía hacerle una pregunta y continuar con la lectura de la guerra y la paz al revés, la cumbre Monte Everest, llegar a un ser humano en ICICI Baño y aun así volver lo suficientemente temprano como para escuchar su respuesta.

A veces las pausas continuaron durante meses. Por lo general, estaría haciendo algo extremadamente importante, como salvar al mundo o en medio de una reunión con los líderes de los países del G7, y mi teléfono sonaría, mostrando a Sumar.

Y la llamada sería solo para saludar o responder a una pregunta anterior o un detalle de diseño en una puerta que encontró fascinante o decirme que hizo poca por la mañana. Sin tener la intención, me traería de vuelta a la vida real, tal como lo haría un niño.

Esta vez, la pausa es dolorosamente permanente.

Sumar se mantuvo ocupado con algunos proyectos de diseño independiente, incluidas las ilustraciones para los números de Di wali Año de las revistas Maratha y los diseños de logotipos. También solíamos reunirnos ocasionalmente, y se suponía que debía conocerlo la semana en que falleció para recoger algunos de sus viejos libros de arte. En cambio, terminé viendo su cuerpo sin vida.

Aprecié la amistad de Sumar porque era sin restricciones y simple. Éramos amigos, en el significado saludable de la palabra. Sin dar y tomar, sin ajustes, sin favores, sin ego, nada. Diablos, ni siquiera recordaba su cumpleaños, éramos él y yo y nuestras conversaciones. Esta amistad pura e incondicional había sido un verdadero regalo, un regalo que me fue arrebatado justo antes de mi cumpleaños.

Si también ha sido bendecido con una verdadera amistad como esta, apreciarlo profundamente por el regalo invaluable que realmente es.